Inicio

Soy Nelson Romero, consultor, especialista en seguridad y con la suerte de tener una hija que nació para educarme (abajo les cuento)

Primero, descarga mi guía básica para ayudarte en tu autoprotección, la de tu familia y tu empresa. (Es buena, recoge 25 años de estar lidiando con bandidos).

Únete a quienes ya descubrieron como proteger lo que más importa: tu vida, tu familia, tus bienes y tu negocio.

Recibe gratis un boletín diario con soluciones prácticas, ejemplos y más. Son lecturas rápidas de 3 minutos. Inmediatamente después de leerlo habrás cambiado tu enfoque sobre tu seguridad…

Ya son más de 40.000 personas alcanzadas, tanto por medios digitales como de forma presencial, a quienes hemos ayudado a cambiar su manera de pensar en torno a su seguridad, bien con un consejo oportuno, un plan de acción, una recomendación, y hasta el acompañamiento en situaciones difíciles por caer en las manos de los bandidos.

Y te cuento…

De esos que han sido víctimas de los bandidos, ninguno estaba suscrito para recibir mis recomendaciones, triste… pero es la realidad y te lo comento porque, como dicen por allí para referirse a los incautos, hay mucha gente «tragando moscas».

Suscribirte para recibir el boletín diario no solo es inteligente: es un lujo que puede marcar la diferencia entre prevenir y lamentar.

Obviamente también voy a ofrecerte mis formaciones y entrenamientos de pago.

Quienes han comprado ya saben que no se trata de teoría vacía, son formaciones que te cambian la vida porque terminas de entender como piensan los bandidos y así no ser víctima de fraudes, robos y hasta secuestros.

Tengo formaciones que se abordan desde la perspectiva de la seguridad personal, práctica y con casuística real.

Casuística que no me contaron, ni la encontré mirando videos…

Son casos en los que he trabajado, situaciones reales que no quisiera que le ocurrieran a nadie más.

«Bases para tu Protección Personal»

Después de esta formación nunca más te expondrás a ser una víctima del delito.

¡Salvo que no pares ni media bola en toda la interacción!

Seguro que esto lo aplicarás en todos los ámbitos de tu vida.

El delito es inherente al ser humano, luego, allí donde haya seres humanos, también habrá delito.

¿Parece obvio? Bueno pues, no lo se, hay quienes viven en su propia burbuja.

Eso ha sido así desde los inicios de los tiempos, déjame contarte lo que le pasó a un empresario del mundo de los automóviles…

La señora de confianza que ayudaba en casa de este amigo, un día se dejó llevar por la tentación y se embolsilló el anillo de matrimonio que el señor ya no estaba usando.

¿Por qué no lo usaba? (bueno, ese es otro tema…).

Nadie se imaginó que aquella amable y servicial mujer se llevaría ese anillo de la habitación de su jefe, este hecho provoco un alboroto porque luego la esposa no creía que se habían hurtado el anillo, sino que lo había «perdido» intencionalmente… ¡Una locura!

Aquello realmente ocurrió, como lo conté con detalles en uno de mis correos y como fue que lo resolvimos.

Te comento esto siempre con la intención de que estés preparado para lo inesperado.

Si quieres conocer cómo resolvimos casos como este y prevenir que algo así ocurra en tu entorno, suscríbete, es gratis.

Comienza tu camino hacia un entorno más seguro, recuerda que la prevención siempre será la mejor inversión.

Te cuento cómo es que mi hija nació para educarme:

Un día, en medio de esos cortes eléctricos que se viven en Venezuela, comenté despreocupado: «Se fue la luz»... 

Mi hija, con solo 4 añitos, me miró seria y me corrigió: «Papá, la luz no se va… ¡se apaga!»

Ese momento me dejó pensando: «La verdad que siempre lo he dicho mal», me dije.

¿Cuántos hábitos incorrectos damos por normales sin cuestionarlos?

¿Cuántas veces hacemos las cosas mal simplemente porque siempre se han hecho así?

Y no es la única lección que me ha dado.

En el cine, durante una película, algo inesperado ocurrió: se le escapó una flatulencia (y no solo con ruido…)

Lleno de vergüenza, le susurré que eso no se hacía, por Dios…

Ella, con su inocencia y seguridad, me respondió en voz alta: «Tranquilo, papá. La gente no va a decir nada porque soy una niña, y esas son cosas normales.»

Esa frase, lo resolvió todo de inmediato, hasta el olor se disipó.

Mi hija me enseñó lo que significa vivir sin temores. Me ayudó a entender que muchas veces dejamos que el miedo o las ideas heredadas nos limiten.

Gracias a ella, aprendí a romper con esos legados generacionales que frenan el avance, tanto en la vida personal como en lo que enseño a familias y empresas sobre cómo enfrentar lo inesperado con valentía y claridad.

Si algo he aprendido como padre y profesional, es que siempre hay espacio para crecer, aprender y construir un entorno más seguro, libre de miedos y lleno de estrategias bien pensadas.

¡Nos vemos dentro!